‘X-Men, días del futuro pasado’, el party hard mutante

Personalmente, si me dan a Ian McKellen, James McAvoy y Patrick Stewart juntos en una misma producción, voy al cine como si me persiguiese hacienda. En esta segunda película de los “X-Men jóvenes” se mezclan el pasado, el futuro y el presente. Todos los tiempos verbales condensados en dos horas de cinta que hacen las delicias de cualquier lingüista de la RAE. Eso sí, a los pluscuamperfectos, pobres los dejan algo abandonadillos. 

Resulta que en el pasado un malo malísimo (interpretado por Peter Dinklage) consigue atrapar a Mística  (alias Raven papel interpretado por Jennifer Lawrence) y con sus células consigue crear robots adaptables a cualquier poder mutante, lo que suma a la humanidad en una especie de holocausto que se muestra con claridad cristalina en las primeras escenas. Para evitar el desastre, Lobezno (Logan, Hugh Jackman) viaja al pasado para evitar la captura de Mística y evitar ese aterrador futuro. Pero Lobezno se encontrará con varios problemas: Charles Xavier (el joven Profesor X, interpretado por James McAvoy) está sin poderes y Eric Lehnsherr (Magneto joven, Michael Fassbender) está encerrado bajo el pentágono por el asesinato de Kennedy. Para acabarlo de liar todo un poco más, Logan tendrá que convencerlos para que ambos trabajen juntos.

Esta es una trepidante película típicamente Marvel, que sigue a la saga de superhéroes traumados. Y da a entender –superficialmente- que dejándonos llevar por la ciencia que se puede utilizar para fines en los que se lleva a un beneficio social o bajo la perspectiva de un bien que es a la vez destructivo, siempre bajo multinacionales o intereses gubernamentales. Aunque uno de los mejores personajes de la película aparece unos 20 minutos: Pietro Maximoff (alias Quicksilver o Mercurio, interpretado por Evan Peters), que le aporta el toque humorístico típicamente Marvel al film. El resto, se ameniza –y muy bien- con escenas de acción.

 

Cabe destacar que lo mejor es la química que se destila del trío Jackman-Fassbender-McAvoy que se nota dentro y fuera de rodaje (en posteriores entrevistas) de promoción. De lo peor, destacar –dándome el lujo de ser algo superficial en esta crítica- el corte de pelo nada favorecedor que le han puesto a Xavier. Vale que el pobre personaje sufre un montón, vale que está psicológicamente hecho cisco, pero la pelambrera no es que ayude precisamente. Más bien da risa.

Pelillos a la mar, la película se caracteriza por un guión que incluye un humor astuto con un ritmo rápido,-a veces demasiado para quién no esté familiarizado con los cómics- pero que forma un paquete bien entrelazado. El director, Bryan Singer (X-Men (2000), X-Men 2 (2003), Superman Returns (2006)) ha sabido combinar todos los elementos para que el conjunto quede redondo relacionándola con otras películas de X-Men de la primera y la segunda generación. Y cuando parece que la película va a decaer en ritmo, Singer se saca de la manga otro factor sorpresa que a vuelve a la posición de constante clímax marveliano. Para mí, es la mejor película que se ha hecho en lo que se lleva de serie, que no son pocas, por cierto.

También es una película más intimista, no todo son flores para los superhéroes y en esta lo pasan un poquitín mal pese a ser súper héroes, es lo que tiene, no se puede tener todo y McAvoy se luce en sufrido el papelón. Este film es más reflexivo, más empático, más cercano de lo que normalmente nos tiene acostumbrados la factoría superpower. Pese a esta vertiente sentimental, el ritmo no decae, es rápido y los cambios escénicos ayudan la mar de bien haciendo que las más de dos horas de película se pasen volando.

Espero que en X-Men Apocalypse, prevista para el 22/06/2015 siga la misma buena tónica.

 

4/5

Fuentes: IMDB, Filmaffinity

Imágenes: http://www.x-menmovies.com/

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