Crítica ‘Atrapa la bandera’

 

De los creadores de Las aventuras de Tadeo Jones, y del mismo director, Enrique Gato -para qué nos vamos a engañar- llega Atrapa la bandera, la primera película de animación española con financiamiento 100% americano (por eso salen banderas americanas en toda la película y es pro-yankee) y la primera a exportarse a nivel mundial, concretamente a 25 países con el título de Capture the flag. Soy del parecer que aquí en España hay muy buenos profesionales de la animación y que es una pena que tengamos que pedir los recursos financieros fuera porqué aquí son incapaces de apostar por ello. Es algo que se debería solucionar, y pronto si no quieren que con la animación pase lo mismo que con los estudiantes de postgrado: se larguen fuera porqué aquí no hay quién aguante el chaparrón. Tadeo Jones fue una película que me gustó. No la vi en pantalla gigante, porqué sinceramente, pensaba que sería un bodrio como Mortadelo y Filemón (es la primera que se me ha ocurrido, que conste) pero cuándo la vi en TV me pareció que era más que digna y que estaba muy bien hecha. Así, que cuándo me enteré que Enrique Gato había hecho otra película de animación me dije que la tenía que ver, esta vez si, en el cine. Nos armamos de valor al entrar en una sala repleta de niños descontrolados y de padres, que sinceramente, no deberían tener hijos, y nos apoltronamos en el asiento.

No sé si casualidad, un día antes coincidimos con un documental en Canal + que explicaba los entresijos de como se había hecho: desde que habían visitado las instalaciones de la NASA, las pruebas físicas a las que se someten los astronautas, el entrenamiento e incluso la sala de control está fielmente reproducida en esta película. Me encantó Igor, la lagartija-mascota, la pobre se lleva todos los sopapos habidos y por haber y las caras que pone son de lo mejorcito. En cierto modo recuerda al camaleón Pascal, de Enredados.  

Amy, Marty y Mike customizando al pobre Igor

La historia explica cómo Mike Goldwing decide volar a la Luna para solventar el problema de la 'maldición familiar' porqué ni su padre ni su abuelo han podido ir (siempre les ha pasado algo que se lo ha impedido). Así que aprovechando que la NASA va a lanzar otro cohete hacia la Luna para demostrar que sí que llegaron y que no es una invención del malo malísimo -un millonario loco texano, llamado Richard Carson (al que pone voz Dani Rovira) que quiere explotar Helio de nuestro satélite-. Nuestro protagonista, con la ayuda de sus amigos, Amy (voz de Michelle Jenner) una chica obsesionada con ser periodista -¿qué tendrá esta profesión? - y Marty un niño pelirrojo con una gran habilidad para la tecnología y los inventos, logrará embarcarse en el viaje de su vida, con la intención de recuperar la primera bandera que fue clavada en suelo lunar el 21 de julio de 1969 por los astronautas del Apolo XII, y ya de paso, volver a unir a su padre y a su abuelo, después de años de no dirigirse la palabra.

El diseño y animación de personajes está tan bien hecho que al abuelo (antiguo astronauta, lo mejor de la película junto a la lagartija Igor) se le ven hasta los poros de la nariz. El abuelo me recordó en cierto modo a Carl de Up, por el deje gruñón y la nariz. El largometraje tiene un alto nivel técnico, y un guión adaptado para que los pequeños de la casa se enamoren del mundillo espacial durante por lo menos, 1h y 37 minutos con un ritmo que no decae en ningún momento gracias al montaje. Una película para toda la familia en la que nadie estira la pata. Que parecerá una tontería pero últimamente en la películas de animación les ha dado por cargarse siempre a algún personaje y tampoco hace falta llegar a eso para introducir una parte dramática y menos si es para niños, que ya crecerán, ya.  

Los protagonistas en una nave voladora de entrenamiento de la NASA

En esta aventura juvenil, hay dos personajes que destacan, por un lado está Amy, una niña con las ideas muy claras. Lo bueno es que no la han estigmatizado como se acostumbra a hacer con las películas de animación que no tienen punto medio: o muy marimacho o muy princesa en apuros. Amy es tal cual. Sólo una niña. Después está Marty, el niño aficionado a la tecnología, que hoy en día y para parecer más guay y moderno algunos críticos han calificado de ‘nerd’. Él se sale totalmente del canon en el que están ligados los personajes de animación y por ende, de los que nos impone la sociedad: es bajito, redondito, con pecas, y pelirrojo. Los niños se van a sentir identificados con ambos personajes, porqué tiene una perspectiva más allá de lo que estamos acostumbrados a ver. Me ha faltado algún personaje que no fuese caucásico. Espero que lo diseñen y se animen a hacerlo para la próxima.

La película es didáctica y entretenida. Explica la complejidad de la industria espacial y por ende, puede despertar el interés por la ingeniería y la ciencia en los más peques de la casa. Para informarse de los detalles técnicos el equipo contó con Alan Bean, un veterano astronauta de la NASA, piloto del Apolo XII, el cuarto hombre en caminar sobre la luna en noviembre de 1969, que actualmente tiene 83 años. Y con Miguel López-Alegría, un astronauta ingeniero naval de 57 años que participó en la Expedición 14 (decimocuarta estancia de larga duración en la Estación Espacial) y ha estado en tres misiones del Transbordador Espacial, entre otras, y fue el primer astronauta español en viajar al espacio exterior. Ambos fueron los asesores técnicos en esta producción. No es extraño que la película muestre un gran respeto por por los astronautas veteranos, que son tratados con muchísimo mimo.

Padre, nieto y abuelo, respectivamente

Para informarse, el equipo de animación visitó las instalaciones de la NASA, los centros espaciales de Houston, Texas y Cabo Cañaveral en Florida y  Cocoa Beach, lugar en el que los astronautas y sus familias residen mientras se someten a los entrenamientos que les permitirán poder sobrevivir en el espacio.

Entre algunos de los reproches que se le han hecho a la película están que 1) en la nave hubiesen trajes de astronauta para niños. 2) Que en el alunizaje no se quedase uno de los personajes a controlar que los otros dos vuelvan (que es lo que se acostumbra a hacer en el mundo real). 3) Se quejan de que es pro-americana. Estaría bien recordarles quién ha puesto el dinero. A algunos adultos no les ha gustado la película. Pero a los niños les ha encantado. ¿Y quién es el público potencial? Pues eso. Es bueno usar la imaginación y no ser un cabeza cuadrada.

La gran decisión: ir a la luna

La película también incluye guiños a la cultura popular, como por ejemplo un cameo del ya fallecido Stanley Kubrick (los que dicen que no se pisó la luna, cuentan que en realidad lo que se vio por TV fue rodado por el director). William Karel también se cachondeó de esta falsa suposición en su documental-ficción Operación Luna (2002) que fue emitido, justamente el día de los inocentes.

La BSO está interpretada por la orquesta sinfónica de Tenerife y el Coro Conservatorio Superior de Música de Tenerife y es sencillamente preciosa. Salimos de la sala emocionadas de haber visto una película de animación para todos los públicos, conmovedora y con un guión trabajado, al igual que la imagen digital. No es fácil animar a personajes y se necesitan muchas horas y esfuerzo para mover tan sólo un brazo.

Fuentes cercanas han afirmado en una entrevista concedida a este blog que:

“La película está hecha con, por lo menos, un 60% gracias a becarios en prácticas que han dado vida a los rig (personajes) y a los props (objetos). En Annecy, el Festival de Animación de París, este año han ido Pixar (Inside Out). En este festival se proyectan trozos de películas y diferentes empresas del mundo de la animación presentan proyectos que han tenido éxito. Los americanos vieron que los animadores españoles lo hacen muy bien y a bajo coste. Han visto España como una fuente de ingresos. Les sale a cuenta tener las ideas de la película e invertir en España. Ahora mismo se está haciendo una película así -de la cual no puedo decir el nombre-. En España hay diferentes estudios: Lightbox (Madrid,  que es el que ha hecho Atrapa la Bandera) e Illion (la mejor del país, Planet 51/ Mortadelo y Filemón contra Jimmy el Cachondo). Por supuesto hay más, pero estas dos son las más conocidas. Cada semana cada animador hace 10 segundos de película. Lo que se diferencia de animaciones como por ejemplo Frozen en que tardan una semana para hacer tres segundos, y por lo tanto el detalle y la calidad son incomparables.”

Una película que encantará a los más pequeños de la casa y a los fans de la animación de la que se han necesitado 350.000 horas de trabajo, 60 meses y 200 profesionales.

 

4/5

★★★★★

Ver tráiler

Fuentes: IMDB, Filmaffinity

Imágenes: horapunta.com

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