Reseña: ‘Cómo ser mujer’, Caitlin Moran

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Follar. Tetas. Culo. Sexo. Masturbación. Mujer. Les acabo de ahorrar 360 páginas.

Tengo que respirar profundamente un par de veces para 1) no soltar alguna palabra soez que haría caer el pelo a más de un miembro de la RAE, y 2)analizar con suficiente perspectiva para no ponerme a discutir de forma unidireccional con Moran. Este libro lo analizo desde diferentes facetas: como mujer, como periodista y como feminista que ha dedicado parte de sus estudios de investigación a las teorías del género.

Hay varios puntos a comentar (y les advierto, va a ser largo) con los que podría estar de acuerdo y otros con los que disto de ella completamente. No se piensen que por solidaridad de género le voy a dar una palmadita en la espalda y a decirle ‘muy bien, compi’. No voy por ahí. La primera duda que me suscita es cómo leches está Moran dónde está, cómo ha subido tan rápido de trabajar en una revista de música a trabajar para la BBC (aclaro que esto lo dice ella pero no explica el cómo), sin siquiera tener carrera de periodismo. ¡Joder, que el resto del mundo, menos a los enchufados no nos han regalado nada! La segunda, el libro te hace sentir a nivel profesional como una auténtica mierda. Parece que si entre los 18-25 no has tenido éxito o entrevistado a media farándula vas a ser una pringada, una mindundi, porqué no deja de refregar  sus contactos durante toda la novela. ¡Qué subidón de autoestima, oigan! Para mí eso ya dice mucho de la persona.

Otro punto es que no entiendo la exaltación que ha llevado consigo la publicación de este libro. Sonrisas pocas y carcajadas, todavía las estoy buscando. El título del libro no se resuelve en el interior de las páginas, básicamente porqué nadie te puede explicar cómo ser o no mujer, lo que sí que hay son cánones y tópicos entre lo masculino y lo femenino.

La novela se asemeja más a una revista ‘Cuore’ que a una novela propiamente dicha. Me explico: Caitlin Moran se dedica a contar su vida desde los 13 a los 35 años. Y si usted, querido lector es de los que le importan un comino la farándula y la vida de los demás, ahórrense el dinero y el tiempo. En la sinopsis pone con grandilocuencia desmesurada, y cito textualmente
‘(Moran) se propone responder con inteligencia, desvergüenza e ironía y también saludable franqueza los principales aspectos de la condición femenina (…) Así, alternando provocativas observaciones sobre la vida de las mujeres con historias ferozmente divertidas sobre sí misma, desnuda, deconstruye y arroja al fuego la imagen políticamente de la mujer del siglo XXI’.
Dicho de otro modo, si no te gusta el libro no eres lo suficientemente feminista o eres una auténtica carca tradicionalista. Qué bonito que te digan ya en la sinopsis lo que debe pensar o no el lector antes siguiera de leer el libro. Tendría que haber desconfiado al ver debajo que la revista ‘Woman’ la ponía por las nubes. En serio, cuando vean que en la sinopsis de la contraportada citan a una revista femenina (que son las que básicamente promueven los tópicos sociales en cuanto a como debe ser y comportarse una mujer) o un blog, dejen el libro en su sitio y huyan de él como si les persiguiese hacienda.

Dicho lo cual, ilusión la mía, creía que contra todo pronóstico sería un libro que explicase los tópicos de lo que tenemos que aguantar las mujeres por vivir dentro de una sociedad patriarcal, la imposición de los medios y la presión político-social que conlleva tener un par de ovarios o simplemente, sentirse como tal.  Pues no. Acomódense que esto va para largo.

El otro día hablando con una compañera comentábamos que lo ideal contra el machismo es señalarlo con luces de neón fosforito y decir ‘ahí, ahí está. Esto es machismo’, por eso de ayudar a abrir los ojos a personas que puede que les haya pasado desapercibido.  Yo lo llevo haciendo hace 4 años (creo, no cuento cuánto llevo con el blog) infatigable, así que lo que ahora me propongo es desmenuzar este libro de pe a pa. Para ello hay que tener en cuenta algo: Moran vende. Ella es puro márquetin, en este sentido no queda lejos si la comparas con el mismo proceder –que no mismo cerebro- que, por ejemplo Belén Esteban, pero con menos ego. Vende su imagen, vende sus escritos y vende parte de su vida privada. En este sentido, nada que objetar, cada uno que viva como pueda o quiera.

Hay bloggers que también hablan sin tabú sobre feminismo –pocas, con neuronas, pero haberlas haylas-. Y hablar sobre feminismo, no tiene que ver con saber cuándo fue la primera vez que te masturbaste, que tipo de porno consumes o si te pone leer libros guarros, como nos cuenta la autora. La decepción ha sido grande. De acuerdo que hablar de liberalización femenina incluye hablar abiertamente sobre sexo –un saludín todos aquellos guionistas que incluyen el cardar a cada uno de los capítulos de una serie de TV para tener audiencia- y otras cuestiones mundanas como depilarse los pelos de las ingles (es todo un debate permanente que tengo con mis amigas, no se crean que no da para horas de charla intensiva) u qué tipo de aplicador de tampón es mejor.

El problema con este libro es el tono. Utiliza la blasfemia para provocar la carcajada, y eso para servidora, lo aleja del humor inteligente que predica con orgullo la sinopsis. Otra cuestión es la portada. Ahí tienen el ejemplo de porqué vende. ¿Lo ven? Sale ella. Digo yo que en qué porcentaje ¿los autores salen en las portadas? Sino es que cuando pasas por delante dices eso de ‘uy, este autor lo conozco por la cara’. Díganme a cuantos reconocerían en una foto. Yo ya les digo que solo a dos. Eso nos lleva al punto que Moran ha llegado al nivel de lo que se diría como ‘personaje público’, como son los actores, los políticos o el gato que lleva en la cabeza Donald Trump.

El libro data de 2013, pero no ha pasado de moda. El que la sigue ‘¿Cómo ser una chica?’ es más de lo mismo. Leído este, leídos los dos. El que nos ocupa ha estado escrito en 5 meses. Eso no puede ser bueno, contando que Mendoza y Safier tardan 7 meses más en completar un libro con cara y ojos, que es lo normal. ¿Están sentados, no? Porqué esto solo ha sido una introducción y me preocupa seriamente la salud de sus riñones si se quedan de pie con la parrafada que está por venir.

Sumerjámonos pues en este mundo de sexo, masturbación, rock y drogas. Y fíjense que no lo parecía.
Puede que sea que su ritmo de vida se me escapa, que no entienda como alguien puede encontrar placer en meterse estupefacientes o a ir pedo. Es un tipo de ‘diversión’ que no me entra en la cabeza, básicamente porqué hay que ser muy tonto para divertirte haciendo daño a la salud. Pero en fin, cada cual con su cuerpo, que para eso es suyo. Respecto a su visión del feminismo, no queda resumida, sino que va saltando de un punto a otro cual canguro. Debo decirles que entiendo el feminismo como lo siguiente: la igualdad entre hombres y mujeres. No es la superioridad (esto sería hembrismo) es la igualdad. Igualdad es poder decidir sobre nuestro cuerpo, como lo hacen los hombres (esto incluye abortar sin tener que dar explicaciones, estar gordo y delgado sin que constantemente te pregunten el porqué, el poder decidir si dejarte pelos o cómo quieres vestir sin ser juzgada, el ir o no maquillada…), el cobrar igual que ellos, no tener que trabajar el doble para demostrar lo que valemos en puestos de trabajo considerados como ‘masculinos’ (altos cargos, finanzas, política, construcción…), que no nos violen, secuestren u agredan –física o psicológicamente- por nuestro género o el poder viajar solas sin ese temor. Básicamente es poder hacer lo mismo que un hombre sin censura ni dilación. Algo tan sencillo como decir tacos, dejarse pelos en las piernas o decidir si tener un hijo o no sin tener que ser tachada por la sociedad como jamás se atreverían a tachar al otro sexo.

Moran en una promo
El feminismo incluye a hombres y a mujeres. Hay hombres feministas y hay mujeres feministas. No depende solo de un género sino que incluye a ambos por igual, sin diferencia de sexo, etnia edad o lugar. Dicho esto y habiendo dejado clara desde el principio la postura que concierne al movimiento (nada de feminazis, esa palabra contiene un significado despótico), la historia sitúa al lector en el año 1988, el 5 de abril, en la familia en la que se crió la autora (7 personas en un piso de protección social, 5 hermanos) y sigue con el capítulo ‘¡Tengo la regla!’ Antes de decir nada, les constato que en pleno siglo XXI todavía ha tabú en eso de ‘tengo la regla’. Las adolescentes lo dicen por lo bajini: ‘pssss…tía, tienes compresa, que me ha bajado’. La diferencia es que cuando una crece, esto te importa un pito y puedes decir en voz alta, a tus amigas que van contigo en el tren sentadas eso de ‘JODER, JODER, OTRA VEZ LA REGLA. JODER SOLO LLEVO UN TAMPÓN ¡QUÉ MIERDA!’ y que se entere todo el vagón. He aquí la diferencia. Si están pensando que digo tacos es porqué esta situación lo merece. Y mucho, que los siete días de granos, inflación en modo botijo, retención de líquidos y pinchazos en las prostaglandinas no nos los quita nadie. Pero a lo que voy. Cuándo una se hace mayor (o no tanto), lo habla con naturalidad. Con tanta naturalidad que hasta –y esto es completamente real- suscita un profundo debate con el profesor de tesis mientras le explicas indignadamente la estigmatización social que hay hacia la menstruación pero en pleno siglo avanzado, porqué tener la regla no es más que un proceso fisiológico de descamación del endometrio, más similar al sudar. Como comenta Moran:
No me sorprende que las mujeres hayamos estado tanto tiempo oprimidas por los hombres, pienso restregando mis bragas con un cepillo de uñas y jabón de brea en el cuarto de baño. Estábamos tan ocupadas frotando y frotando que no pudimos hacer campaña a favor del voto femenino hasta que aparecieron las primeras lavadoras.
En lo que no coincido con Moran es en lo referente en que’ la pornografía no sea el problema. Las feministas no tienen nada en contra de la pornografía’. No claro, que no. Varias cosas: que nos traten como a un agujero, a mi, personalmente, me cabrea. Que seamos un objeto sexual o un florero, también, que es precisamente lo que hace el porno. Pero que la autora hable en nombre de todas las feministas, me indigna. Se supone que si estás en contra del porno, también lo estás contra la lucha por la igualdad? Vamos, ¿qué sentido tiene eso? Es ilógico y carente de rumbo postularlo así. Según ella:
Empecé a pensar que necesitábamos más pornografía (…) Algo que muestre el sexo como una cosa que hacen dos personas juntas , más que algo que sólo se le ocurre a una mujer cuando tiene que ganarse un sueldo. Sospecho que la pornografía femenina, cuándo empiece a andar, será algo muy distinto: cálido, humano, divertido, peligroso, psicodélico, con parámetros completamente diferentes a la pornografía masculina.
Vale. ¿Alguien cree que una industria que genera millones de dólares a cambio del sometimiento sexual de uno de los géneros va a cambiar?   Es como pensar en un unicornio. No tiene ningún sentido. Es economía, como pedirle a la industria armamentística que en vez de armas venda flores. El problema es que la gente, no quiere ver eso, porqué sino a más de uno se le caería la machorilidad a cachos. Y en una sociedad costumbrista educada en valores de patriarcado eso es algo que no se va a permitir.

El segundo capítulo ‘Me vuelvo peluda’, es como dije al inicio, el gran tema de conversación a parte de la regla. Los pelos son eso, pelos. Y quien piense que las mujeres no tenemos o que vamos siempre de punta en blanco, sin un folículo que asome, va muy equivocado. Los pelos son un temazo. Un tema divertidísimo, que da para largas y prosaicas conversaciones. Yo ahora mismo voy en modo osezno (o iba). Y sí, me siento cómoda con ello. Los pelos son calentitos. Es como llevar unos leggins: calentitos y adaptables. Los únicos que se adaptan de maravilla al cuerpo. Puede que sea el capítulo en el que más he coincidido con Moran:
El pelo es una de las grandes preocupaciones de la mujer (…) Es lo que más dinero y atención exige. Pelo en el lugar ‘equivocado’: piernas, axilas, labio superior, barbilla, brazos, pezones, mejillas y diferentes zonas alrededor de la pelvis. Contra ese pelo se libran guerras de desgaste que duran toda la vida. Influyen en los altibajos cotidianos, en la proliferación de los acontecimientos. A veces, en el cuero entero de la vida de una mujer. Un hombre piensa: tengo una fiesta dentro de una semana. Será mejor que me pase una toallita antes de presentarme allí. Una mujer, por el contrario, revisará mentalmente su agenda, como en las pantallas flotantes de Minority Report, y empezará una planificación furiosa centrada en la gestión del pelo.
Pero lo que más fastidia de todo el pelo es la zona del vello púbico. Tiene que parecer toda nuestra vida que no tenemos, que somos una plancha fina y lisa porqué nos lo han marcado así. Casi como un sacrilegio, si se sale uno o una no va depilada como se marca en el estamento de lo que significa ser mujer. Como cuenta la autora, y ahí le doy toda la razón del mundo…
El vello púbico debe limitarse a una zona muy pequeña o de forma preferente desaparecer totalmente. Las tomas de entrepierna de las chicas de los vídeos musicales lo dejan muy claro: ahí no debe haber nada. Tiene que ser sueva, una superficie lisa, no puede haber ningún pelo. Descubrir un solo pelo rizoso asomando por un lado sería tener a todo el mundo diciendo ¿Es un pelo púbico eso que veo? ¿ES UN PELO PÚBLICO, LADY GAGA?
Y así vamos, gastándonos el poco sueldo que cobramos en depiladoras –la tortura del siglo XXI- láseres y luces pulsadas todas con la intención de acabar con el maldito vello. Si bien es del todo cierto que:
Hay sólo cuatro cosas que una mujer adulta debe tener: un par de zapatos amarillos, un amigo que aparezca y pague la fianza a las cuatro de la mañana, una receta infalible de pastel y un buen felpudo. Un gran sexo peludo. Un estupendo pubis velludo que, cuándo esté sentada, desnuda, parezca un pequeño titi en su regazo. Un titi domesticado que pueda mandar a birlar cosas cuando lo necesite (…) Ahora se asume que las mujeres tienen que depilarse. Nunca tuvimos un debate sobre el tema. Simplemente ocurrió y ni se nos pasó por la cabeza discutirlo (…) ¿Te imaginas si pidiéramos a los hombres que soportaran toda esa mierda? No nos dejarían ni terminar la primer frase.
La autora en un photoshoot

Las mujeres tenemos un problema con eso. Nos han enseñado que si una mujer no se depila es una indeseable para el otro sexo. Pero eso sí, ellos pueden tener barriga de 8 meses y parecer un oso, que no pasa nada porqué eso es de macho. Se nos ha enseñado que para atraer tenemos que estar perfectas, minuciosamente depiladas. En otras palabras, se nos ha enseñado a ser un mero objeto de satisfacción al que usar y tirar. Entre nosotras, nos da igual ir depiladas o no. Recuerdo a mi amiga M., que hará unos dos años me soltó al tomar el sol en la playa un ‘no voy depilada’ y le respondí ‘pues vale’. No es ningún drama, y una puede tomar el sol con o sin pelo, sin que nos juzguemos. El problema viene por la instauración social de la mujer perfecta para beneplácito masculino, como dice Moran (y tiene en este capítulo más razón que una charla TED):
Corremos el riesgo de caer en una situación en la que cada chico espere desvestir a una chica y encontrar un minucioso trabajo de depilación, y en la que cada chica, horrorizada ante la idea de verse rechazada o de parecer anormal, se depile para ellos.
Lo bueno de tener vello púbico es que, como ironiza la autora (o no):
En los auténticos días de SPA, puedes ponerte un poco de acondicionador y disfrutar de la consabida suavidad de cachemira, con la seguridad de que no solo has revindicado una parte del feminismo que había desparecido bajo el turbulento mar de las gilipolleces, sino que además, a lo largo de la vida, vas a ahorrarte tanto dinero en depilaciones como para poder largarte a Finlandia y contemplar la aurora boreal desde un hotel de 5 estrellas mientras te emborrachas de brandy (…) Así que sí, tenlo recortado, tenlo limpio, pero tenlo como se supone que es: un auténtico felpudo de mujer adulta, caliente, con solera y nacido para reinar.
Sigo diciendo que la raíz está en que todo lo asociado con la mujer se sigue viendo como sinónimo de debilidad: todo lo femenino es endeble, desde la menstruación, menopausia, que nos llamen niña o pequeña pese a tener dos ovarios como el acueducto de Segovia..No. Ni de guasa. Dice Moran que la mayor palabrota que tienen los hombres de sus partes es polla y ‘resulta francamente insípida’. A la autora le gusta más ‘coño’ como palabra ‘suprema e invencible’. La verdad es que imponer, impone lo suyo, sobretodo cuándo una está cabreada y la añade al final de la frase. Tenemos una colección de palabras horribles para denominar vagina, incluso hay originales y cada mujer le pone la que más le gusta, que a inventiva no quede. Lo mismo pasa con los pechos, otro factor distintivo.
Una vez me entrevistaron en la épica en que llamaba a mis tetas ‘cántaros’, y como era de esperar, el artículo se publicó al día siguiente con un ‘Me encantan mis melones’, dice Caitlin Moran. Personalmente no tengo melones. Me pareció tan extraño como leer ‘Me encanta mi cola prensil a rayas de lémur’. Pechos tampoco sirve. Nunca escuchas la palabra ‘pechos’ en un contexto positivo. Pechos son malas noticias. Como le pasa a la vagina, los pechos están para que los médicos los examinen y para tener cáncer y es la palabra que eligen los pervertidos.
A ver, hija. Que no. Que esto es sacarlo de contexto. Que los pechos también sirven para dar de mamar y hasta para dar palmas. No le veo el inconveniente a llamar pecho al pecho y vagina a la vagina. Tampoco es para tanto, aunque como digo, cada mujer es libre de apodar ambas partes como le dé la gana, que yo los seguiré llamando por su nombre porqué lo merecen y es contundente. PECHO. Ambas palabras son inofensivas y no crean una disyuntiva social en lo que a igualdad de género se refiere. En este punto, también aprovecho para matizar las siguientes palabras de la autora:
Es muy importante decir estas palabras en voz alta: SOY FEMINISTA. Si os cuesta hacerlo, incluso con los pies en el suelo, yo me preocuparía. Decidlo. ¡Decidlo! ¡DECIDLO AHORA MISMO! Porqué sino podéis, estaréis en el fondo inclinándoos y diciendo ‘dame una patada en el trasero, y quítame el voto, por favor, patriarcado’.
Dígame si usted pensaba que servidora era feminista antes de que lo dejase escrito en esta reseña. Si es que no es que no se ha leído las anteriores, porqué el tono lo deja bien claro. Lo que pasa es que hay maneras y maneras de decirlo. En este caso Moran, lo anuncia con luces de neón. Para mi eso es algo que se dice cuándo toca y si viene al caso. Se habla con hechos porqué no sirve de nada decirlo y quedarte ahí sentada en el sofá. O decirlo y ser una machista o una hembrista de tomo y lomo. O decirlo y apoyar mierdas como ‘Crepúsculo’ u otros productos culturales de cine, televisión, narrativa que expanden la misoginia.

Sonrisa feminista en 3...2..1
La última vez que vi a alguien escribir ‘feminismo’ en la bio del pajarito fue una ‘blogger literaria’ (no lo digo yo, se autodenominan así, es recomendable correr cuándo vean ambas palabras juntas) que se había leído cierta novela que incita al odio hacia las mujeres y la ponía –cito textualmente- ‘hypermega bien’.  Me entró la risa. Esos libros son la antítesis del feminismo, igual que ella por dar bombo y platillo a algo que incita a la sumisión de la mujer y exalta al patriarcado. Eso en mi pueblo lo llaman incoherencia y postureo. Hechos, no palabras.
Aquí tienes el modo más rápido de averiguar si eres feminista:
a)¿Tienes vagina?
b) ¿Quieres responsabilizarte de ella?
El caso de esta bloggera (sigo con el ejemplo, que me viene de perlas), con más de 15.000 seguidores tan nefastos como ella, la opción a) es afirmativa (supongo) y la b) negativa, en el sentido que acata lo que le dicen los demás de cómo debe comportarse y qué hacer una mujer en pos de la satisfacción masculina. Acata y exonera que estos libros (en este caso, pero pueden ser otros formatos) le digan cómo ser mujer y qué hace una mujer (esperar, complacer, ser dulce, pelearse por un tío, hablar de tíos con otras mujeres, ir de compras…). Para mí eso es protestar contra la igualdad, la poca ganada con tanto esfuerzo y sangre, está gritando que le quiten todos los ‘privilegios’ conseguidos hasta ahora, incluyendo el poder estudiar (si ustedes han podido formarse, es gracias la lucha que tuvo lugar siglos atrás). Rehúsa de un mundo en el que sea igual tanto para hombres como para mujeres. Y este es un ejemplo sencillo y tonto, pero podría poner más.

Otro problema en el que concurre el feminismo es la palabra en sí. Feminismo se ve como algo
de misandria, amargura e hipocresía, partidaria de la ropa fea, del mal humor y de que no hubiera sexo.
Esto se ha rodeado de una aura que ha hecho que ha hecho que quién no estuviese al tanto de los objetivos del feminismo lo viera como más cercano a satán que como una corriente que lo único que busca es la equidad de género. Tampoco hay que relacionarlo con cualquier cosa relacionado con la mujer. Y no deja de ser curioso como esta palabra se ha hecho servir para menospreciarnos y desautorizarnos. Es una vara para que las mujeres dejen de comportarse libremente, para que no tengan el mismo comportamiento que los hombres, llegando a decir que comportarse de este modo destruye a otras mujeres. Pueden leer cualquier periódico de tendencia retrógrada si quieren confirmar a lo que me refiero en este párrafo. Siguiendo con el tema y citando a Moran (más adelante les pondré un ejemplo surtido e indiscutible)
¿Por qué demonios, por el hecho de ser mujer, tengo que ser amable con todo el mundo?  ¿Y porqué las mujeres, para colmo tienen que esmerarse en ser cariñosas y comprensivas siempre entre ellas? Esta idea de solidaridad femenina es absurda.
Porqué básicamente si una persona es imbécil es imbécil con independencia del género (y los estudios), y no porqué sea mujer me van a dar una bonificación del 20% en Hacienda. Llevamos años de misoginia. Misoginia social, económica, política y empresarial. Y la misoginia y el machismo no dependen del género. Hay mujeres muy machistas. Mucho. Y hay quién no se declara machista pero se ve a la legua que lo es. Que viene a ser lo que les contaba antes sobre el ‘decir bien alto que se es feminista’. No lo digo, pero se me ve a la legua que lo soy.
¿Van a hacerlo los chicos?
Es la pregunta estrella. Si ellos no lo hacen ¿porqué debemos nosotras? Un ejemplo muy tonto –volvamos a los blogs, que son un portento para ejemplificar situaciones a más de un recetario social-. La mayoría de mujeres leen romántica, juvenil y erótica. Los hombres aventura, thriller, negra o ciencia ficción. Es abismal. Esos libros nos ‘educan’ en como debemos ser, en el caso femenino. ¿Para cuándo una blogger que lea sobre nanotecnología? Me hace especial gracia que si eres mujer y te sales de lo ‘normal’ (recordemos que la normalidad es una palabra subjetiva destinada a servir de encabada en la herramienta social), esto es, leer sobre Copérnico, sobre la teoría de la relatividad o sobre medicina o psicología cognitiva entras dentro de la anormalidad. De hecho, algunas personas no han tenido reparo en recordarme que eso ‘para las mujeres es muy chungo’ o del tipo ‘es que no me llama porqué hace pensar’. ¡Cuidado! Pensar es malo. Corrompe seriamente la ignorancia. Es mejor que las ideas sobre cómo comportarte, lo que se espera de ti o lo que hacer te las impongan otros.

En otras palabras, esos temas están considerados como masculinos y no se da más allá de la repetición: la fotocopia de la fotocopia del mismo libro misógino y machista. El amor pinchado en vena como forma de éxito social, como la cocaína de la mujer. Esnifado a base de repetición, incapaces de decidir, de pensar por si mismas, de levantarse, señalarlo y decir ’¡BASTA!’.
El propósito del feminismo
no es hacer un tipo determinado de mujer (…) sino la comunicación de que las mujeres deben ser tan libres como los hombres.
Otra cosa que se asocia a la mujer es el ir de compras. No. Es frustrante. Tenemos más tipos de bragas que de zumos de frutas. Comprar unas bragas y que sean de tu tamaño es harto complicado. Les pasa como a las prendas de algodón: cada vez más pequeñas. Los superhéroes no tienen que aguantar que sus calzones se les metan por el culo, en cambio, las súper heroínas ven en ¿bikini? ¿Porqué ovarios ellas van semi desnudas y ellos tapaditos?
Batman no tiene que aguantar esta mierda. ¿Porqué tenemos que hacerlo nosotras? (…) Soy partidaria de las bragas grandes. El feminismo exaltado necesita bragas grandes. Bien grandes.
Pues sí, para qué leches nos va a servir un tanga ¿de tirachinas? ¿para saltar en jabalina? El feminismo necesita las bragas con las que cada mujer se sienta cómoda. No por llevar bragas enormes serás mejor ni peor que una mujer que se ponga tanga (mi total admiración hacia ellas por soportar esa prenda). Ahí es uno de los puntos en los que no estoy de acuerdo con la autora. Cada mujer es libre de llevar lo que quiera. Yo soy fan de las bragas de panda. Hay quién es fan de los culotte que pone ‘kiss me’ o de las brasileñas con estampados de florecillas y encajes. Cada una a lo suyo. Lo inaceptable es vestirse pensando en ‘qué van a pensar si tengo un encuentro sexual y no voy conjuntada’. ¡Vaaaaaaaaaaaaaaaaa! Venga, tira millas, chica.

El sujetador es otra prenda con la que tenemos que lidiar. Nunca sabes lo que es la libertad hasta que un día decides no salir con él y dejar que tus chicas campen libres por dónde les dé la gana. Y si quieren mirar el paisaje, pues que miren. Total, lo van a hacer con o sin sujetador. Porqué nada jode más que estar haciendo transbordo de metro y notar que se te salen de la cazoleta. Entonces una va caminando a toda pastilla mientras las intenta volver a meter en el recinto amurallado. Al igual que otro resquicio de libertad es llegar a casa y desabrocharlo, dejarlas sueltas como si exclamasen ‘uf, ya tocaba’. Es como ir a evacuar al baño: te desinflas.
Moran dedica otro capítulo a la ‘gordura’.
La palabra gorda es una palabrota. Es una arma. Una subespecie sociológica. Una acusación, un rechazo, un repudio (…) En las dos últimas generaciones se ha convertido en una palabra con una carga abrumadora (…) La recriminación es tan potente que funciona aunque no exista una base real (…) Deberíamos ponernos de acuerdo en lo que es gorda, realmente. Los patrones de belleza van y vienen. Así que no merece la pena ser demasiado estrictos con el término normal. No gorda significa: con aspecto humano. Si tienes un aspecto clara y reconociblemente humano, entonces estás bien. Podrías pasar el resto de tu vida obsesionándote por tus muslos, tu barriga, tus glúteos…pero hacerlo sería actuar bajo el supuesto subconsciente de que en algún momento te verás obligada a desnudarte delante de otras personas y esto no ocurrirá a no ser que participes en Miss América.  Lo que ocurre dentro de tu sujetador y tus bragas, se queda dentro de tus sujetador y tus bragas. Si puedes encontrar algún vestido con el que estés mona y puedes subir tres tramos de escaleras corriendo, no estás gorda. (…) Un mundo en el que la talla 40 es una XL es otro ejemplo que las feministas exaltadas pueden técnicamente rechazar como una gilipollez total.
Hay personas que se pasan la vida permanentemente haciendo dieta. Es frustrante. Servidora la empieza un lunes y la termina un martes, por eso de aprovechar el tiempo. Y la mar de feliz, oigan. Lo que no te cuentan en toda esta presión social que se ejerce contra el cuerpo de la mujer es que el 80% del cuerpo no se puede modificar. Solo un 20% es moldeable, el resto, pura genética. Así que obsesionarse no es nada bueno además del desgaste psicológico y del estrés que causa. Cada mujer tiene el cuerpo que tiene, y mientras una se sienta a gusto –total, vas a vivir ahí te guste o no- al resto le pueden dar uvas.
En nuestros días el machismo es un poco como Meryl Streep en una nueva película: a veces, no la reconoces enseguida. Ahora hay mujeres que son unas cochinas machistas. El machismo moderno se ha vuelto muy astuto. Casi todo el machismo se debe a que los hombres están acostumbrados a que seamos las perdedoras. Este es el problema. Están acostumbrados a que lleguemos en segundo lugar o seamos completamente descalificadas.
Pues eso
 Moran expone que ‘somos físicamente el sexo débil porqué no somos tan buenas levantando piedras, matando mamuts o remando’. No Caitlin, somos tan buenas como cualquier hombre. Podemos levantar piedras si nos metemos hasta el culo de hormonas, matar mamuts y también remar como diosas. Solo que estas actividades están asociadas a ‘lo masculino’, porqué fuerza, a menudo no es sinónimo de fortaleza o inteligencia. Pero la fuerza la tenemos. Solo hay que ver cómo cargamos las bolsas del súper, o cómo levantamos la persiana entera cuándo se escoña. De hecho, la persona que conozco que tiene más fuerza es una mujer. La he visto levantar una base de cama de madera maciza como si se tratara de papel cebolla.
No es una coincidencia que los intentos de emancipación femenina consigan avanzar solo con el doble exégesis de la industrialización y la anticoncepción: cuándo las máquinas nos hicieron iguales a los hombres en el trabajo, y la píldora nos hizo iguales a los hombres a la hora de expresar nuestro deseo.
En el libro también hay una gran crítica a los libros y a las películas:
Los libros y las películas están llenos de esos hombres gay y esas mujeres heterosexuales inventadas, diciendo lo que creen que diríamos y haciendo lo que creen que haríamos. (…) Todas las mujeres son siempre buenas y sensatas, y enderezan a los hombres con sus ideas alocadas y su idealismo infantil. Y no son nunca divertidas.
Esta frase resume todo lo que pensamos lo que me gusta nombrar como ‘nueva ola’, también referida al mundo de la bitácora. Mujeres, que lejos de conformarse con lo establecido, lo que les dicen las pelis y los libros los analizan del derecho y del revés potenciando la crítica a ese machismo sutil que comenta Moran. A la memoria me vienen unas cuantas chicas. Ellas saben quienes son porqué las entradas y los comentarios las delatan. Me gustaría pensar que todo esto va a cambiar, poco, pero menos que una piedra. Porqué si de algo hemos tenido que sufrir las mujeres es de que nos digan que nuestra vida gira entorno a tener una ínfula amorosa con alguien. Si eso es el éxito, prefiero hacerme la láser en las ingles. Como bien dice Moran:
Junto con la ropa interior, el amor es una tarea de las mujeres. Las mujeres se tienen que enamorar. Cuando hablamos de grandes tragedias que pueden ocurrirle a una mujer, una vez descartadas la guerra y la enfermedad, la idea que más nos estremece es la de no ser amada, y por lo tanto, que no nos necesiten. (…) El lenguaje nos dice exactamente lo que pensamos sobre las mujeres sin pareja, todo está ahí, en la diferencia entre ‘solteros’ y ‘solteronas’.
En este, si me permiten, haré un inciso. Hace años me encontré a una compañera con la que compartía clase en primaria –es lo jodido, que la cara no cambie con los años- y lo primero que me soltó después del ‘hola’ fue un:

- ‘¿Sabes? Me voy a vivir con mi novio? Ya tenemos piso. ¿Y tú qué haces?.
-La carrera, después un máster y un doctorado.
-¡Ah! Pero ¿y tienes novio?’

A parte de las ganas de ahogarla que me dieron, es un ejemplo de ese ‘amor en vena’ que les contaba antes o la cita anterior a la que hace referencia la autora. Ya puede una mujer ser catedrática en tres universidades que si no tiene pareja es un fiasco social. No deja de ser curioso que se juzgue a una mujer por el hecho de tener o no compañero sentimental –hablando siempre desde la perspectiva heterosexual, en el caso que seas bi, trans o gay, lo tienes igual de chungo- y se relacione con el ‘pobrecilla, ¿ves? Sola toda la vida.’ La sociedad tiene todavía en mente esa puñetera frase (curiosamente la misma que te dicen cuándo decides mandar a tomar espárragos a tu pareja), mientras te miran con cara de pena. Ni se plantean algo tan sencillo como que esa mujer libre e independiente con su propia vida laboral y social no tiene la mas mínima intención de querer tener novio/a. No tengo porqué no quiero. ¿Es fácil, no?

Es horrible que las mujeres piensen en la idea del amor todo el tiempo. Es una gran paja mental. Eso no puede ser bueno para el coco.

La autora dice que ‘hay dos tipos de mujer que funcionan con un sistema binario: stripper, puta. No hay otro tipo de mujer’.  Pues sí, yo sí que añadiría otro: bruja. De hecho, los resumiría en dos: bruja y puta. Solo hay que echar una ojeada algo tan mundano como los disfraces de carnaval para que uno se de cuenta que hay algo en esta sociedad que no funciona. A ellos no los ponen con minifalda, ni el apodo de ‘sexy’, por ejemplo, ‘disfraz de enfermera sexy’, o el que acabo de ver ahora: ‘disfraz de mujer bruja sexy’. ¡TOMA YA! ¿Se imaginan un disfraz para hombre que ponga ‘disfraz de hombre brujo sexy’?  Lo tacharían de como mínimo de ‘maricón’, como palabra suave.
Las mujeres, no tiene vuelta de hoja, han estado realmente puteadas por el hecho de gustar a los hombres. Ha provocado cosas terribles, terribles, porque los hombres han sido la fuerza dominante, sin nada que regulara o controlase su comportamiento. No es exagerado hablar de una ‘tiranía sexual’ y de una ‘completa mierda’. Todavía vive gente en este país que recuerda cómo los hombres podían violar a su mujer: no se consideraba que ésta tuviese una identidad sexual propia, el derecho de negarse. Alemania sólo lo declaró delito en 1997; Haití, en 2006. (…) Existen muchas zonas del mundo donde las mujeres –con la aprobación explícita o no explícita del Estado- están consideradas poco más que juguetes sexuales retocados para los hombres.
Véase Japón y Polonia dónde está penado pero les da igual, porqué casi no procesan por delitos sexuales. Todavía es legal en Kenia, Bahamas…y otros tantos. Así que es totalmente ilícito, por ejemplo, el striptease. Un local de esos no lleva a ninguna parte en una sociedad moderna, dónde las mujeres son vistas precisamente como, juguetes al servicio masculino, y por lo tanto, la ‘versión light de la historia de la misoginia’. No es moral ni ético. No resulta extraño, por tanto que la ‘adición al porno y a los clubs de striptease sean la tercera mayor causa de endeudamiento de los varones’.

Si en Islandia, en 2010, los han prohibido –deberían subir más primeras ministras feministas al poder- no veo por qué razón el resto de países no pueden hacer lo mismo con semejantes antros de detrito social.

Otra cosa muy distinta es que las mujeres aprendan pole-dancing, porqué les apetece, porqué quieren hacerlo, o por diversión, en un lugar dónde no pueda ‘malinterpretarse’. Ahí hablamos de un contexto distinto. Por ejemplo, en la discoteca, cuándo una chica escucha la canción que le gusta, tiene derecho a bailar cómo quiera, sin por ello tener que sentirse acosada o intimidada. Una mujer tiene derecho a elegir qué quiere hacer, actuar o cómo vivir su vida, sin por ello ser menospreciada o ninguneada. Acabo de leer una columna –mierda pura, por cierto- en un periódico tradicionalista de una chica que decía literalmente ‘el feminismo no consiste en enseñar las tetas ni en amenazar. ¿Has visto alguna vez a Eva Levy levantándose la camiseta o ni tan siquiera la voz? Ni lo verás. Y su lucha feminista lleva décadas consiguiendo cosas para ti y para mí. Pero de una forma mucho más, digamos, elegante, más femenina’. ¡OJO! Debemos ser femeninas sobretodo. Sigilosas, dulces, silenciosas, sumisas. Antes les hablaba de aquellas que se disfrazan de feministas y que son unas asquerosas machistas. Este es el caso.

Feminismo, resumen

Otra de los postulados con los que me he identificado con Moran es el tema de las bodas. Un ‘nido de vívoras, despilfarro y desesperación’, que se relaciona automáticamente con la mujer.
Porqué aunque haya un montón de cosas horribles achacadas a los hombres (guerras, violaciones, bombas atómicas, quiebra de la bolsa, Top Grear, meterse la mano por la parte delantera del chándal y recolocarse los sudorosos huevos en el autobús y luego agarrar la barra que yo tengo que agarrar también, cubierta ahora del sudorcillo de sus pelotas) las bodas indudablemente son responsabilidad de las mujeres.
Traducido. Un asco por varias razones: con lo que cuesta una boda me puedo ir a las Maldivas a nadar con tiburones. Ya se dice, ya. Ser mujer sale muy caro: depilación, manicura, vestiditos, peluquería, belleza, así en general, ropa más cara (el doble de cara que la de hombre), tampones, compresas, salvaslips. Casarse cuesta una pasta, esto es así, pero si encima te lo venden como ‘el mejor día de tu vida’ ya te huele así como a chamuscado. ‘Seamos realistas, desde tiempos inmemoriales al novio le ha importado una mierda esta celebración, del principio al fin’. Por no hablar de lo que les importa a los invitados, que son los aguanta velas. Todos sabemos que vienen para comer, para nada más. Deberían desconfiar de esos días en los que ya se ha predeterminado que ‘van a ser los mejores de tu vida’, porqué a menudo resultan decepcionantes y vomitivos. Confabular la vida de la mujer alrededor de tener pareja/ marido es exasperante. Es poner demasiadas expectativas en el asunto, además de no ser bueno, ese deseo casi loco, para nuestra imagen. Después está el tema de las despedidas de soltera, que es el despipolle, literalmente. Yo lo tengo claro, solo me pongo una gorra de pito en la cabeza si tengo que animar a alguien, por ejemplo, en una maratón. Es útil: me aseguro que no me pierdan de vista.

Deberíamos dejar de lado la idea de pareja, la de casarnos, créanme, se vive más feliz. Aquí no pasa, pero en países en los que la mujer tiene que cambiar su apellido por el del marido…¿qué mierda es esta? ¿Quiero decir, renuncias a tu identidad por otro? ¿Y a quién se le pide esa renuncia? A la mujer, claro.

Otro caso que nos ocupa es el de la moda. Ustedes seguramente ni les consta, pero aquí servidora ha sido ex fashion blogger, y ahora es un ex, que quiero bien lejos. Es asqueroso lo que mueve toda esa parafernalia. Las revistas de moda conforman el prototipo de mujer que debes ser, lo que debes llevar, vestir y cómo actuar. Por ejemplo, te dicen que debes llevar tacones. Ajá. Les propongo algo: cómprense unos tacones y cuenten los días que los van a llevar. Yo tengo dos pares que no me pongo ni por asomo, y estoy segura que más de la mitad de los zapatos que tenemos están en la colección de ‘Tacones que no me voy a poner nunca jamás’. El pie no está hecho para caminar con eso, y para andar como un pato, tambaleándote, con daño en los pies –lleno de tiritas- y con gesto de dolor, pues qué quieren que les diga, me paso la moda por el forro, y ¡vivan mis bambas! Pero volviendo a los zapatos de mujer, si hay algo que a los veintitantos he entendido es que los zapatos que hacen para nosotras hacen daño. Así que me he pasado a los de hombre. Tengo botas de hombre, zapatos de hombre, bambas de hombre, zapatillas de hombre y unas DocMartens que son la leche en bicicleta. Como cuenta Moran con un deje de ironía:
Si voy a despilfarrar 500 libras en un par de zapatos de diseño tienen que ser unos con los que a) pueda bailar ‘Bad Romance’ y b) me permitan huir de un asesino si éste decide súbitamente empezar a perseguirme. Es lo mínimo que le pido a mi calzado. Poder bailar con él y no ser asesinada por su culpa.
A parte de los zapatos, los bolsos son el complemento perfecto. Y comparto perfectamente la postura de la autora:
Mi postura ante los bolsos de inversión ha sido siempre que, de invertir seiscientas libras, lo haría probablemente en bonos de Correos, y no en algo que, por lo general vive en el suelo de los pubs, o que algunas veces utilizo para llevar dos quilos de patatas a casa.
Voy a sincerarme y a decir, que el bolso lo uso exactamente para lo mismo. Es decir, para llevar la compra. Que compras un kilo de puerros, una lechuga y kilo y medio de tomates (ya saben, una es vegetariana), pues en vez de pedir bolsa de plástico que cuesta 5 céntimos y además colaboras a contaminar el planeta, te lo metes todo en el bolso, que es al fin y al cabo una bolsa con glamour y santas pascuas. Sí, vas con al mitad del puerro saliéndose, pero eso es de ‘it girl’, y lo demás tonterías.  

El resumen del resumen
Por supuesto hay una feroz crítica a las revistas de moda y tendencias. Esas que te dicen precisamente cómo ser mujer, por ejemplo, y esto es completamente real, en un escrito de ‘Cosmopolitan’ (sacado de mi tesis) decía que –atención- ‘si tu no puedes clavar el parasol en la fina arena de la playa, puedes pedirle a algún chico que lo haga por ti’. Cuidado. Que una cosa es que intentes clavar el parasol en roca basalto (la que se utiliza para las vías del tren), máxime consiguiéndolo con una perforadora hidráulica, y otra que NO PUEDAS CLAVAR UN PUÑETERO PARASOL EN LA ARENA. Eso ya es de hacérselo mirar. Y digo que y si en vez de pedírselo a un chico se lo pides, no sé, qué se yo, a una mujer, ¿eso ya no cuenta? ¿El parasol lo detecta y ya no se clava igual? Y matan árboles para imprimir eso.

Hablando de revistas femeninas, es imposible no sacar el tema con el que me gusta apuñalarlas de manera mordaz (a parte de la belleza, claro está): la ropa. Nos dicen que la ropa es importante. Es vital. Y les diré porqué: en esta sociedad se juzga a las mujeres por la ropa que llevan, algo que nunca se ha hecho ni se hará con los hombres, de ahí que encuentre una falta de respeto los típicos posts de ‘analizamos los looks de la gala X, las peor y mejor vestidas’. Ajá. Los hombres nunca sentirán esa presión de que la sociedad mire y evalúe cada centímetro de su cuerpo con lupa y le de al zoom a ver si se han depilado las patas enteras o si se han dejado pelos en las axilas. Nos dicen que un modelo equivocado puede destrozarte la vida. Que serás un truño si no sales perfectamente conjuntada, depilada, maquillada y perfumada. Para una mujer, la ropa que lleva puesta es capaz de influir en el resto del día, de ahí que no se extrañen si existen las horrendas revistas de moda:
No es extraño que la industria de la moda se valore en novecientos mil millones de euros al año. Cuándo una mujer dice ‘no tengo nada que ponerme’, lo que está diciendo realmente es ‘no tengo nada que me haga ser quién se supone que debo se hoy’. Las féminas saben que una mujer vestida cómoda, informalmente, incluso con cierto desaliño, lo más probable es que sea considerada profesionalmente mucho menos seria que un compañero varón que vista exactamente igual. Chicas en vaqueros y deportivas no so promocionadas. Los hombres en vaqueros y deportivas, sí. En el caso de las mujeres, lo que parecemos se considera generalmente sinónimo de lo que somos. Así que, cuándo las mujeres se preocupan por la mañana de qué ponerse no es porqué queramos ser un icono de la moda internacional. (…) Es una de las presuntas Habilidades De Una Mujer junto con ser ‘mejor’ haciendo la colada o con un bebé.
El problema con las grandes marcas es que ‘fabrican para una mujer completamente imaginaria y a menudo nada sirve para la mujer de carne y hueso. Las mujeres reales se compran la ropa para tener buen aspecto, mientras que la industria de la moda compra a las modelos para que la ropa tenga buen aspecto’.

Otro tema que se toca es el del aborto. De hecho se resume en dos capítulos, uno sobre ‘porqué deberías tener hijos’ y otro ‘porqué no deberías tener hijos’. La autora deja que sea la mujer –como debe ser, algo que parece lógico pero que no todos entienden que nuestro género no está obligado a procrear- la que decida, y narra su experiencia en el parto, por un lado y en el aborto, por el otro.
A decir verdad, el parto da a la mujer un buen par de pelotas. La felicidad que te invade al comprender que todo ha terminado y que no has muerto, puede durarte toda la vida. (…) Tener hijos es en muchos sentidos, la alternativa más fácil para una mujer. ¿Porqué? Porqué si tienes hijos, al menos la gente dejará de preguntarte cuándo los vas a tener. Siempre se pregunta a las mujeres cuándo van a tener hijos. Y si una mujer afirma que no quiere tener hijos, el mundo puede ponerse decididamente molesto.
Se tiene la percepción que ser mujer es sinónimo de acabar en Prenatal. Porqué claro, a todas nos gustan los bebés, de la misma forma que los zapatos de tacón o los bolsos de Chanel o el Clooney. Yo no soporto a los bebés, los tacones ni al Clooney, y ¡todavía tengo ovarios! ¡No ha sido el apocalipsis!

Lo que me fastidia es que esa maldita pregunta no se la hacen nunca a los hombres, sobretodo en lo que se refiere al trabajo. En realidad que te pregunten en el trabajo si tienes intención de tener hijos, lleva ya un machismo implícito que da asco, porqué en realidad esa pregunta lleva escrito ‘si te vas a quedar preñada y a tirar tu carrera por la borda no te voy a contratar porqué vas a tener que coger la baja y no me sale rentable’. AJÁ. En estos casos, yo opto por coger el bolso y largarme. Que se busquen a otro pringado que les saque el trabajo –si puede- mejor que yo.

Me da cierto mal rollo que nos digan a las mujeres lo del ‘reloj biológico’, en plan, ¡sólo te quedan dos años para tener niños! Oh, qué horror. Cuándo pasen esos dos años ¿dejaré de ser mujer? ¿me convertiré en una alpargata? ¿en un mango? ¿en un donut de chocolate? Si decides no tener hijos eres vista como una mujer egoísta, en vez de como una mujer que ha decidido sobre su vida más allá de su capacidad reproductora. Es como si nos dijeran que las mujeres estamos ‘incompletas’ sin bebés. ‘Como si una mujer de alguna forma, siguiera siendo una niña hasta tener sus propios hijos’. Es asqueroso el machismo que se deriva de todo esto.
Seamos realistas, la mayoría de las mujeres van a seguir teniendo niños, el planeta no se va a quedar vacío, así que al mundo le da igual que tú tengas o no. (…) Batman no quiere un bebé para poder sentir que lo ha hecho todo. El feminismo necesita tolerancia cero con la angustia de tener hijos.
Algo que me ha escamado es el siguiente párrafo:
Fui uno de los periodistas que la prensa serie envió para averiguar si Price era un buen modelo para el feminismo. En 2006 me pasé media semana pegada a sus talones para escribir un artículo de portada en la revista Elle.
Si ‘Elle’ es prensa seria, apaga y vámonos. Igual de serio que es que Moran le dedique ocho páginas de publicidad gratuita a Lady Gaga. Quién quiera saber su vida y milagros puede buscarlo en Wikipedia, no en un libro sobre feminismo.

Se que lo he repetido, pero si hay algo que me jode es que se considere debilidad las fotos de las mujeres, una foto mal hecha, o un look no apropiado. Se juzga y prejuzga por una mierda de fotografía. Siempre tenemos que estar prefectas, no importa cómo nos sintamos por dentro, y ese hecho se hace extensible a todas sólo por poseer el cromosoma XX. La ropa no es más que eso, ropa: sirve básicamente para no ir con hojas de parra en metro o persiguiendo al bus.
Otra afirmación con la que no estoy de acuerdo con Moran es:
‘No quiero que mis famosos sean más humanos (…) No quiero un montón de gente normal arrastrándose por ahí.’
La idealización de los famosetes es una auténtica gilipollez. Son farándula, de la misma especie que tu, no son seres de Júpiter, ni aliens, y sudan, y cagan y cumplen las mismas funciones orgánicas que cada uno de nosotros, y por lo tanto merece el mismo respeto una persona anónima que una que tiene cierta capacidad mediática. Ponerlos en un pedestal mientras les recuerdas lo guapos que son y lo bien que lo hacen todo es rebajarse. Eso debe ser muy bonito, cientos de personas que les recuerden lo genialérrimos que son, deben tener una autoestima orbital, pero que son incapaces de darles un baño de realidad.

Respecto a los abortos, es un tema que por desgracia todavía sigue siendo tabú. Se idealiza tanto la maternidad que la idea de que una mujer decida no tener un hijo, y poner límites a su capacidad se considera obscena. Para muestra, aquí está la ‘ley del aborto’, que es un truño pinchado en un palo. No se preocupen, si las mujeres no podemos abortar en España, lo haremos en otro país. El problema es que se teoriza sobre ‘cuando empieza la vida’. Hay miles y miles de debates sobre cuál es el punto exacto en el que se inicia, miles de debates con más religión que ciencia. Depende de ello tienes un ‘aborto bueno o un aborto malo’. Vamos a ver, por esa misma razón las células también están vivas, se nutren de vitaminas y oxígeno ¿son el origen de la vida? No me voy a enrollar, ya conocen mi posición respecto a mezclar hechos empíricos con otros ficticios. Si bien es cierto que ello no nos lleva a ninguna parte, creo que el debate se debe mirar desde otro ángulo: el ángulo de si una mujer quiere/ puede tenerlo.
Si las mujeres tienen biológicamente el poder de acoger, albergar, nutrir y proteger la vida, ¿porqué no deberían tener también el poder de acabar con ella?
Me hacen mucha gracia los argumentos contra el aborto que dicen que ‘la vida es sagrada’. La historia nos dice que no lo creemos así: miles de guerras sinsentido, de muertes y de hambruna lo demuestran. Un poco de ‘hemeroteca’ no les iría mal.

Convertirse en madre sin quererlo es vivir como una esclava. Lo veo cada día, madres que pasan de sus hijos, que los tienen ‘porqué han venido’. Se pongan como se pongan irrumpir un embarazo es más ético que traer al mundo un niño que te va a importar un pimiento.

También hay un debate sobre la edad de las mujeres: se supone que cuándo dejas de tener capacidad reproductora, languideces cuán acelga, como si ya no sirvieses para ello. Es irónico, porqué precisamente es a partir de los 45 cuándo se tiene la experiencia, la fuerza y la sabiduría. Pero no, las mujeres viven con un miedo constante a envejecer, nos enseñan que la vejez es mala porqué ya no somos deseables. Como dice Moran: ‘que el patriarcado deje en paz mi cara y mis tetas’.
Finalmente, la autora expone que
Creía que en cuanto fuera delgada, bella, elegante, serena y refinada, todo lo demás vendría solo. Que el verdadero trabajo de mi vida no era una carrera profesional, sino yo misma. Que si me esforzaba a ser agradable, el mundo me adoraría y entonces sería recompensada. (…) ¿Se habrían pasado los personajes de Jane Austen hablando páginas y páginas sobre las relaciones de su círculo social si no hubiesen tenido un poquito más de control sobre sus propios destinos? ¿Se preocuparían las mujeres tanto de su aspecto, y de a quién gustan, si este no continuara siendo el principal punto para valorarlas?
Respecto a los hombres:
Si yo fuera el patriarcado estaría francamente entusiasmado con la idea de que las mujeres consiguieran al fin la libertad de oportunidades. Seamos sinceros, el patriarcado tiene que estar hecho polvo a estas alturas. Han sido cien mil años sin tener poco más que un descanso para merendar: los hombres se han agotado gobernando el mundo. (…) Podrían levantar un poco el pie del acelerador, tomarse esas vacaciones de las que lleva tanto tiempo hablando, acabar de ordenar el cobertizo de una vez por todas.
Si me preguntan, el libro no me ha aportado mucho, puesto que una tiene las pestañas quemadas de leer tesis, estudios, reportajes, columnas y artículos sobre feminismo e igualdad de género. Por lo tanto, todo lo que explica, lo tengo más amasado que una pizza. Pero si bien, encuentro,  es imprescindible para aquellas personas que se quieran enterar de qué va eso de la igualdad de género y que a menudo no es sinónimo de ‘no debemos pegar a las mujeres’.

Si han llegado hasta aquí, hasta el final de tan arduo escrito, mi total admiración hacia ustedes y su infinita paciencia. Con ello espero haber aportado mi granito de arena a la concepción del género como mujer. Si quieren también pueden leer, ‘Mi cuerpo es mío, GRACIAS’, artículo que escribí hace ya algún tiempo pero que sigue de plena actualidad.

3/5
★★★
Fuentes: yo misma

Imágenes: casadellibro, www.miss.inform.kz, fuckyeahcaitlinmoran.tumblr.com, egpsiteso.wordpress.com, la merea.com
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37 comentarios:

  1. ¡Hola! ^^
    Veo que has cogido carrerilla para escribir, porque te has explayado bien con esta crítica, jaja. Yo no creo que pudiera hablar tanto sobre un libro xD
    Ya había oído hablar algo de este libro, y por los temas que toca pensé que al menos sería interesante, pero supongo que si no lo leo tampoco me pierdo mucho. De todas formas no tenía pensado leerlo pronto.

    Besitos!

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    1. Hola Mary!

      Vaya que sí. Ha pisao el embrague, puesto la 5ª y, ale, todo recto hasta el amanecer. XD Y déjame suelta, que la entrada era más larga (la he recortado, que conste).
      A mi este libro no me ha aportado nada que no supiese ya, porqué sobre feminismo una ya tiene las pestañas quemadas, más bien, lo encuentro un libro introductorio.

      Un besoteee!!

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  2. Vaya super post que te has marcado y que disertación sobre el tema. La verdad es que no me apetece nada este libro.
    Un beso ;)

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    1. Tú me dejas suelta, y me pierdo, Natàlia. Podría hablar durante días sobre ello, y a la inversa, también lo puedo resumir en una sola frase, me da para todo, pero en este caso, el libro merecía un buen repaso.

      Un besotee!

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  3. Hola????????????? Pero que mierda de libro es este? OMG me quedo loca, enserio, no es un libro que ni por asomo me leería por que no me llama la atención pero jode un poco la gente que habla de un tema y luego escribe estas cosas, es como o no me enterado o aquí me he perdido algo.
    La verdad que aunque me ha llevado media hora leerme tu extensa reseña he de reconocer que TIA eres la hostia, me encanta esta gente que crítica LO QUE SABE, cosa muy importante.
    Un besote guapa y espero que tomaras una tila despues de la reseña jaja ;)

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    1. Hola guapa!

      Pues es un libro de introducción (con muuuuuuchas comillas) al feminismo. Yo sinceramente, cuándo lo compré pensaba que sería menos cotilleo y más investigación, que es lo que debería ser.
      Gracias por leerla entera, de verdad!!! :)

      Un besote enooorme!!! ♥

      PS: en realidad, fueron dos tilas XD

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  4. Amen,Hermana. Creo que la asignatura mas pendiente de todo el tema es que la gente sepa la diferencia entre liberación sexual femenina y objetificacion de la mujer.
    No tengo nada mas que comentar lo has dicho todo tan bien que seria repetirlo.
    Saludos

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  5. Hola Hydre. Sabes que después de esta pedazo de reseña te haré un altar, no? jajaj
    Te prometo que nunca he leído un texto taaaaan largo con taaaaantas ganas! Prometido. Es que tienes muchísima razón. Yo tuve que hacer un trabajo de investigación sobre este tema, tuve que informarme muchísimo, he ido a charlas... Entonces me pasa como a ti, que un libro que te explica lo que ya sabes... Pues no te aporta NADA.
    Así que pienso que este no es mi libro, más que nada porque ya sé del tema. Pero pienso que para las personas que no saben del tema, les vendría bien.
    Me ha encantado cómo has tocado todos los temas que salen en el libro, sacando frases del mismo y explicando todo lo que te gusta y lo que no.
    Sabes hacer que disfrute de la lectura de tus entradas de principio a fin y eso es totalmente digno de admiración. Muchas gracias una vez más por tus maravillosas entradas! Un besazo :)

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    1. Hola María Ángeles!

      Jajajajaja!!! Yo me dejo, que conste! Me ha quedao un poco larguiducho pero completo. Efectiveywonder, que si tratas feminismo, no te quedes en lo superficial, ahonda un poco más. Pero no, la autora de queda ahí, ente idas y venidas de coqueteo con drogas y farándula en general. De este modo, tampoco entiendo la 'revolución' que creó en su momento al publicarse. Pese a ello, como introducción y para aquellos que no tengan ni pajotera idea, les puede venir al pelo.

      Muchas gracias a ti, por el comentario y los (pedazo) piropos!

      Un besote enooorme!!! ♥

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  6. Holaaa!
    Era un libro que me llamaba la atención pero creo que voy a pasar de él.
    Enhorabuena por la pedazo reseña que te has marcado y sobre todo por mantener el ritmo y engancharnos hasta el final.
    Coincido contigo en todo! Lo de los libros lo has clavado, es muy triste ver como incluso la literatura la podemos dividir en libros de hombres y libros de mujer ...
    Y lo de las bodas yo soy muy especial ... creo que a la mía iría más ilusionado el novio que yo porque nunca ha sido mi sueño jajajaja
    Me gusta como lo has ido analizando todo punto por punto porque es el modo de darte cuenta de los micromachismos, cosas que haces sin darte cuenta y que si te paras a analizar te das cuenta que es un comportamiento machista como lo que dices de la depilación, o de cambiarte el apellido, o mil cosas así ...
    Gracias por la reseña, me he reído un montón.
    Un beso =)

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    1. Hola Sandra!

      Pues haces bien en pasar. Yo lo comento porqué visto el alarde de comentarios positivistas (me da que más de uno no ha leído sobre estudios de género en su vida) a mi me pareció un libro pasable.
      Lo de los libros me parece de órdago. Es como si los géneros estuviesen diseñados en función del sexo y no del goce literario. Como si la gente se amoldase a ello. Lo de las bodas...en fin, yo creo que también iría más ilusionado él que yo. XD
      Los micromachismos son un tema muy complejo porqué son conductas tan , tan arraigadas, e interiorizadas que cuesta deshacerse de ellas. Incluso se dan en el lenguaje, con el genérico masculino.

      Gracias a ti por el comentario!!

      Un besote enoormeeeee!! ♥

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  7. "Toma ya"!!!!
    Si es que has fet un post increible! Mira que l'he que tingut que lletgir en dues parts perque no em donava temps a tot,jiji!
    M'ha enganxat, i m'ha fet reflexionar en moltes coses que ni hi pensava!
    Ara, això si. El llibre no em fa gaires ganes. La veritat és que el que expliques tu trobo més interessant que el que pot haver escrit aquest noia (que no se si ques que visc en un altre món, però no tenia ni idea de qui era).
    Vull més posts d'aquest estil!!!

    Petonassos preciosa!

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    1. Hola Neus!!

      Grààààààcies!! Jajajaja!! Sol passar, m'ha quedat una mica llarg aquesta vegada, volia que no quedessin punts solts. M'alegro moltíssim que t'hagi fet reflexionar, sempre es una alegria que em diguin això! Ostres, doncs no m'ho havien dit mai! Es que em fots uns piropos més macus! ♥ Jo la coneixia de liarla parda a twitter, perqué a part d'escriure es una bona influencer a xarxes socials.

      Un petonàs enoooorme!!! ♥

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  8. ¡Hola!
    En prime lugar vaya entrada te has marcado ^^ Me has tenido enganchada en ella de principio a fin.
    Creo que el libro puede ser interesante para acercar el feminismo a la sociedad y hacer ver que en nuestra sociedad existe más machismo del que muchas personas es capaz de ver. Aunque con esto tipos de libros siempre hay que tener cuidado con como enfocan el tema , muchas veces se escriben porque es un tema que esta ¨más de moda¨ y sabe que se pueden vender.
    Genial reseña!
    Besitos <3

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    1. Hola Verónica!

      Verdad que sí? Gracias! El libro es una introducción al feminismo, pero con muchas comillas. El problema es que a personas obtusas, no puedes explicarles más, porqué se encierran en su muralla mental y de ahí no hay quién las saque. El otro día discutíamos que este es, precisamente -lo que tú has dicho- un tema que está de moda, como el ser vegetariano o vegano. Y que a veces se escribe sobre él sin tener ni puñetera idea.

      Un besote enoorme!!! ♥

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  9. Hola divina! Wow que has escrito para esta entrada!! Como siempre a mi me faltan palabras para comentar esta reseña y a ti te sobran, pero de una manera perfecta. me encanta leer tus reseñas, mas que completas dicen la verdad sin tapujos. Creo que llevo tentada unos minutos con el comienzo y cito: "Follar. Tetas. Culo. Sexo. Masturbación. Mujer. Les acabo de ahorrar 360 páginas." Jajaja es genial!!!
    Gracias de nuevo por compartir tu opinión ^^ Igualmente es un libro que no creo que leería xD Besote enorme enorme!! ♥

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    1. Hola Nea!

      Jajaja!! Es un tema delicadillo, de ahí la largada con tal de justificar bien parte por parte, que hay mucho loco por ahí suelto.

      Gracias a ti por comentar!

      Un besote enoorme!!! ♥

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  10. Me has hecho sonreír desde la primera línea ¡me encanta! Desde luego no lo leeré, pero leer tu reseña ha valido la pena para echarme unas risas. Sigue escribiendo así, que me encantas. ¡Un besito! ^^

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  11. Madre mía, y te habrás quedado a gusto, no? jeje. La parrafada es monumental pero pienso que el libro se lo merece. No lo he leído ni pienso hacerlo porque no es mi estilo de lectura, pero creo que después de tu crítica tampoco lo haría.
    Hay personas que sueltan la palabra feminismo muy a la ligera. En fin...
    Besos

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    1. Hola guapa!!

      Pues sí, muy a gusto! El libro se lo merece, porqué para soltar ideas así a bocajarro, pues que la autora lo justifique. El feminismo es una corriente para la equidad, y se concibe como una moda.

      Un besoteeee!!!

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  12. Vaya entrada más completa...me ha servido para saber que no quiero leerlo. Además eso de que me digan lo que tengo que pensar o no, no va conmigo. Soy rebelde.
    El tema del feminismo da para mucho y lo que te podría escribir aquí también porque cada parrafo me ha hecho pensar y plantearme lo que pienso de cada cosa.
    Lo que tengo claro es que yo no voy a permitir que nadie me imponga nada por ser mujer, ni que me afecte la crítica incesante que se nos hace. Y ya para finalizar tengo que decir, en favor de los chicos, que muchas veces prefieren que seamos naturales y nosotras mismas en lugar de la "tipica estupenda" de turno que precisamente es eso, estupenda y ya.

    Besitos

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    1. Hola Cris!!

      Todas las editoriales intentan influenciar diciendo que este libro que tienes en las manos, es una pasada, como un unicornio con purpurina, básicamente porqué si no venden se van al garete. La autora no es que te imponga lo que debes o no pensar, simplemente da su opinión que puedes estar de acuerdo con ella o no (como es mi caso).
      Por supuesto que no debes dejar que te pasen por encima por el hecho de ser mujer, no lo hacen con los hombres ¿porqué lo deberían hacer con nosotras? Lo esencial es ser una misma, pero a veces, con la opresión social, no es tan fácil.

      Un besoteee!!!

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  13. Hola Hydre:

    Totalmente de acuerdo en varios aspectos que tocas, como el de mi cuerpo es mío, el de llamar por su nombre las partes del cuerpo, la regla y el tema de los pelos. Bueno veo que este libro ha traido bastante polémica dado que no parece que defiende a la mujer para querer la igualdad. De todos modos no creo que me lo lea. Me pareció más instrutivo leer tu publicación.

    Un beso ^^

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    1. Hola Mindy!

      Si que ha traído polémica, sí. La autora sí que quiere la equidad de género, pero es lo que contaba más arriba, que es un libro introductorio, muy introductorio al feminismo.

      Un besoteee!!

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  14. Tus artículos sí que son verdaderas joyas... y es que la manera más sincera de expresarse, a mi modo de ver, es la indignación. Para empezar tengo que decir que a mi me gustan las lecturas "que me hacen pensar", fíjate tú qué ironía. Y a las películas les aplico el mismo patrón, me encantan todas las historias que dejan huella y una vez las finalizas sientes que tienes las neuronas en ebullición.

    Respecto a este libro me has dado un gran disgusto porque yo también tenía pendiente leerlo, precisamente por lo épico que lo pone todo el mundo como si fuera el mayor cántico al feminismo jamás creado (Y ya tengo que ir aprendiendo a hacer oídos sordos a más de una fuente, porque madre mía). Por supuesto cada cual tiene sus opiniones y es imposible coincidir en todo, pero me parece que tras tu artículo me voy a ahorrar leerlo. Eso sí, te ha aportado más de lo que crees: Nos ha traído una reseña que bien vale la pena leer, y por muy extensa que parezca no le quitaría un párrafo.

    Un saludo!

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    1. Hola Meg!!

      Gracias! Lecturas que hagan pensar, hay pocas. Lo mismo con las películas, o con los cortos, o con cualquier medio artístico que hace que le des vueltas al coco o que notas que te produce una sensación extraña por dentro que te dice que 'algo no está bien'.
      El problema que encuentro con este libro, es que al ser una influencer mediática quien lo ha escrito, tiene una base sólida de márqueting editorial detrás. Otro problema que veo para que lo pongan en tan alta estima es el hecho que la gente habla sin tener ni puñetera idea del tema, y sin darse cuenta que en realidad, no dice nada nuevo, sobretodo para las que tenemos las pestañas quemadas de leer estudios científicos sobre el tema.

      Un saludo!!!!

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  15. Me alegra volver y encontrarte a 100%... jajajaaaj¡¡¡¡ no voy a darle una oportunidad a este libro habiendo otros q realmente merezcan la pena como tal¡¡ A ver si nos recomiendas alguno q sea de cinco¡¡¡ A ver si desterramos el hembrismo y el machismo de esta sociedad y poco a poco se va descubriendo cómo la mujer ha de ser vista y tratada... un besazo Hydre¡¡ genial reseña¡¡¡

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    1. Hola Francis!

      Cuánto tiempo! Pues haces bien! A no ser que te apasione el tema y quieras leerlo para pasar el rato...pero vamos, tampoco es nada del otro mundo. Encontrar un libro de 5 estrellas es algo chungo, y más con el panorama de fanfictions que nos ofrece el maravilloso mundo editorial.

      Un besoteeee!!!!

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  16. Se nota que este tema te toca fondo porque has desmenuzado el libro al dedillo y has hecho saber todo lo que piensas de forma detallada sobre cada uno de sus aspectos. ¡Y me encanta! Leerte ya es una gozada normalmente pero confieso que cuando estás molesta, lo es más aún. No tenía pensado leerlo ni nada pero si en algún momento se me pasase por la cabeza, me acordaría de ti y lo descartaría sobre la marcha.

    Un beso enorme, guapa.

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    1. Hola Sherezade!!!

      Si, me toca, sí. Lo que me escama es la gente que es incapaz de verlo de un modo más de análisis práctico. Jajajaja!!! Cúando algo no es, no es por mucho que se quiera envolver en un bonito papel regalo y con un lazo de celofán. Gracias por leerme!

      Un besote enooorme!!!! ♥

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  17. Hola, Hydre.

    Vaya qué horror de libro, sinceramente... me molesta tanto leer este tipo de libros, que bueno... nada. Yo no sabía nada de él, pero ahora, con todo lo que he leído en tu entrada, me siento con todas las armas para comentarlo cuando salga a colación en alguna conversación jaja
    Saludos!

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    1. Hola Irissë!

      Pues sí, si es que para introducción no digo que no, pero para más el libro no da. Eso si, argumentos de debate vas a tener a cascoporro.

      Un saludo!

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  18. Hola! Me estoy leyendo el libro justo ahora y lo empecé con mucha ilusión pero ya lo estoy acabando y ha habido muchas cosas que me han hecho arrugar la nariz. Creo que si no tienes ni pajolera idea de feminismo, si dices frases trilladas como: "la igualdad está bien pero el feminismo es demasiado", entonces vale, puedes leerlo y empezar a hacerte una idea, pero imprescindible leer a feministas de verdad después. Totalmente de acuerdo con lo de su carrera profesional, yo también estoy estudiando periodismo y me entran unas ganas locas de acuchillarla por todo lo que restriega su éxito sin haber estudiado, chica pues mejor dejo de pagar 2000 euros de matrícula cada año. Es justo lo que dices: parece sacado de la Cuore. Bueno, me tocará pronto hacer reseña a mí también (has puesto el listón muy alto con esta currada) y ya me explayaré. De momento, solo añado que las bloggers literarias que mencionas son las que solo leen juvenil, que están más cerca de los 30 que de los 14 y aún así no han evolucionado (haré una entrada sobre esto pronto porque es algo que me molesta mucho) pero hay much@s más bloggers por ahí.
    Un saludo! :)

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    1. Hooola!!

      Verdad que sí? Es como 'escribo un libro sobre feminismo pero basado en mi vida porqué a la gente le interesa'. Yo leí el libro porqué recomendaban que era feminista y toda una lectura de órdago en la que reías mogollón. Me quedé traspuesta y en aguas frías. Es una lectura feminista, sí, pero como iniciación. Además de que tampoco entiendo el porqué se regodea en explicarnos su vida y su éxito profesional. En fin, que me faltó menos Cuore y más chicha.
      Para eso, te lees 'Introducción al feminismo' de Nuria Varela y oye, te quedas tan pancha, básicamente porqué no se dedica a explicarte su vida.
      Lo de su éxito profesional, lo restriega a base de bien. Que me parece genial por ella, pero una cosa es que lo sueltes una vez, puntual y otra que esté todo el libro dando mandaca. Eso sí, es periodista, eh? Me encanta como la palabra periodista se ha degradado hasta tal punto en que todo el mundo lo es tenga o no la carrera.

      Las bloggers que solo leen juvenil, importa poco su edad, porqué no por más edad que tengas significa que seas más madura. Hay mujeres de 14 que conciben After y Crepúsculo como el súmmum del romanticismo, al igual que también las hay de 30. A resumidas cuentas, la gilipollez, la aneuronalidad y la tontería no tienen edad. Claro que hay muchas más bloggers por ahí (esta me las has tirado, eh?) pero la calidad, en este sentido crítico, no es lo que abunda, por desgracia.

      Un saludo

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  19. Hola Iris.
    Mmmm...sin comentario. Pero voy a comentar igual, ajaja.

    Bueno, quería leer este libro porque Maria Antonieta en su canal dijo que era increíble y justo tienes reseña, así que dije "Venga, la leo". Pero creo en lo que dices, no solo por el hecho de que lo escribió una MUJER LO VOY A ENCONTRAR BUENO Y A DARLE PALMADITAS EN LA ESPALDA. Jajaja, soltaba carcajadas a cada rato y mi gata me mira raro. Pues con el asunto del feminismo hay bastantes contradicciones, yo aun me estoy educando en ello e intento pensar por mi misma lo mas que se pueda. A veces es difícil, con tanta estupidez que se habla por ahí. Pero se diferenciar el feminismo del hembrismo. Los temas son muchos y es raro que una entrada tan larga me pareciera tan amena y divertida, jaja. El aborto es un tema que ha estado muy presente acá en Chile. ¡Se acaba de legalizar! Pero solo en tres causales: En riesgo de vida para la madre, en riesgo de vida para el bebe y por violación. Y el tema de los hijos también me complica. Yo no quiero ser madre. Odio los bebes, odio a los maridos aunque nunca me he casado, jaja. Pero siempre me dicen, ya cambiaras de opinión, te casaras y tendrás bebes. Y uno si no tiene novio "Pobrecita, estar sola es lo peor. Va a morir sola. ¿Quien te va a cuidar? (eso va por los hijos)". Yo puedo decir que ser soltera es de lo mejor. No tengo que contentar a nadie, aunque tampoco lo aria de tener novio. Bueno, en fin. No voy a comentar de todo porque queda muy largo :D (No me odies si tengo faltas de ortografía, jaja)
    Un beso enorme y me ha encantado la entrada.

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