Me he quedado asombrada, realmente asombrada. No se trata de un nuevo actor yogurín, ni del avance de las rebajas y mucho menos de una exposición de Magitte. Se trata de la nueva película “chicle” Tiburón.
Mi asombro no viene, ni mucho menos, por la realización de la película, puesto que sólo con el tráiler la violencia gratuita ya está servida. ¿Por qué será que siempre se come a la actriz? ¿Es que los actores no tienen muslo?
Mi reacción radica en el hecho que la mente humana es “asombrosamente” retorcida, principalmente por dos razones presentes en la película.
La primera de ellas es el hecho de que se minusvalora y se mitifica un animal tan elegante como inteligente. El tiburón es una de las especies que actualmente están en peligro de extinción. Un buen ejemplo es el tiburón blanco (Cacharodon carcharias) o el tiburón zorro (Alopias superciliosus)[1] que tienen un alto riesgo de desaparición.
Hay otros que están en alerta naranja, es decir que su población ha disminuido abruptamente por la pesca ilegal y el cambio climático. Es el caso del tiburón peregrino o el ángel[2], por ejemplo.
Películas como esta contribuyen a crear una mala fama, hecho que repercute en la pesca ilegal o la creencia de las falsas curas mágicas que tiene su aleta.
A favor de los países asiáticos diré que no son solo ellos los que se dedican a la extinción de la especie, sino también los occidentales, que ven en ello un negocio próspero.
La verdad es que desde que vi el documental Océanos[4] soy incapaz de sacarme de la cabeza la crueldad con la que mataban al pobre animal (cortarle aletas y cola y tirarlo para que se desangre en el mar). El pobre tiburón abría y cerraba la boca con ansias, queriendo respirar, queriendo moverse, pero ya agonizante, muerto de dolor. Esta escena solo se puede resumir en una palabra: vergüenza (hacia mi propia especie).
Temblé de rabia e impotencia. La sangre me hervía. Quería que los pescadores corriesen una suerte peor. Pero yo poco puedo hacer, excepto defender a esta maravillosa especie desde el blog.
Después de ver las escalofriantes imágenes tuve todavía más presente la idea de que en nuestro planeta el único monstruo que existe somos nosotros, los seres “humanos”. Con ello no quiero decir que todos sean igual, también hay buenas personas, lo que pasa es que la suciedad siempre flota.
Sinceramente, el intentar exterminar sin más razón que la comercial un ser prehistórico deja a los humanos a la altura del betún. Los tiburones viven en la tierra antes que nosotros pusiéramos un pie en ella. De hecho, poco conocemos hoy en día de esta magnífica especie y de sus costumbres solitarias. Y sin embargo, nos atrevemos a juzgarlo.
El tiburón solo ataca cuando se siente invadido, cuando alguien entra en su territorio. La mayoría de los ataques de tiburón han sido a surfistas, por ser demasiado impetuosos.
Por otra parte, cabe decir que si algún tiburón se acerca a la orilla es porqué va en busca de comida, ya que con el calentamiento global, el agua del mar ha aumentado cinco grados su temperatura normal, por lo tanto, los bancos de peces se han reducido, hecho que repercute en toda la cadena alimentaria. Por lo tanto, a la falta de comida, van en su busca ellos mismos: instinto de supervivencia.
De las tres especies de tiburones más grandes que existen, sólo una de ellas se han registrado ataques: tiburón blanco[5]. El más grande de todos, el tiburón ballena (Rhincodon typus), por extraño que parezca, es totalmente inofensivo. Pese a sus 14 metros de longitud, sólo se alimenta exclusivamente de plancton y es muy pacífico. Las mismas características las cumple el segundo de mayor tamaño, el tiburón peregrino (Cethorinus maximus) , que se alimenta de zooplacton para conseguir mantener un cuerpo de casi 12 metros.
Reflexionemos por tanto sobre el asunto. Se producen más ataques de perro en un año que de tiburón en seis y sin embargo, se sigue confiando en lo que llaman “el mejor amigo del hombre”.
Seamos realistas y dejemos los miedos infundidos de un lado. Vayan al acuario, miren bien su elegancia, sus ojos, y plantéense quien es el predador y quien la presa.
[1] Datos del UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza) en el artículo “ Un tercio de los tiburones oceánicos están amenazados de extinción”. http://www.iucn.org/knowledge/news/?3362/3/Un-tercio-de-los-tiburones-oceanicos-estan-amenazados-de-extincion
[2] Enciclopedia de los Animales National Geographic. Vol.17, Pàg 38-39 Editorial: Weldon Owen para RBA. 2005. España.
[3] Fuene: Oceana http://sa.oceana.org/es/sa/nuestro-trabajo/especies-marinas/tiburones/antecedentes
[4] Para más información agencia SINC: http://www.agenciasinc.es/Reportajes/Oceanos-un-mensaje-de-esperanza
[5] Fuente: Discovery Channel. http://www.tudiscovery.com/web/tiburon/acerca_de_los_tiburones/los_20_destacados/los_20_tiburones_mas_grandes/
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