No es lo que estaba esperando leer, me dije al abrirlo. La antropóloga y discípula de Cláude Lévi-Strauss no pretendía publicar ningún libro, de lo que iba a ser en principio una carta normal y corriente a un amigo cercano. Tampoco es la típica carta que le enviarías a tu mejor amigo, contando batallitas tontas o secretos inconfesables. Es una carta abierta, una carta sencilla, un escrito positivista sobre razones, sobre pros, que se olvidan con facilidad. La carta data de 2011 (ya hace unos años) justo cuando Héritier tenía ya 80 años cumplidos.
El libro es la respuesta a un amigo que le había enviado una postal diciendo que estaba disfrutando de una “agradable semana de vacaciones “robadas” en Escocia”. Frase que lleva a la famosa antropóloga a una reflexión, que por sencilla que parezca la mayoría de lectores no tenemos en cuenta a la hora de aplicar en la vida real. Lo que le llevó a la reflexión que en realidad, el tiempo que le robamos al trabajo, y a las obligaciones diarias, es lo que conforma en realidad la vida. Un discurso enumerativo, cómo una lista de la compra pero lleno de momentos felices, que nos dibujan otra realidad fuera de lo que estamos acostumbrados a escuchar, cómo desgracias ajenas, paro, crisis, sensacionalismo y malas noticias. No se habla de dinero, ni de faena…Una oda a la sencillez y a la alegría de vivir, porqué los pequeños instantes, los pequeños placeres son la verdadera Sal de la vida.
Pues tiene una pinta estupenda, la tomaré en cuenta para mi lista de lectura¡
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nata
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